Opinión

Pablo y Jiang Qing

Para gran número de periodistas Irene Montero, una psicóloga de 29 años compañera política y última polinovia de Pablo Manuel Iglesias, es una nueva Yoko Ono, acusada de provocar la separación de los Beatles en 1969, cuando se casó con John Lennon, y su pareja hasta que lo asesinaron, en 1980.
 Montero ha arramplado con todo el poder en Podemos, dejando muertas en la cuneta a las polinovias (novias políticas) anteriores de Pablo, y ahora a Íñigo Errejón, al que ha sustituido como portavoz y número dos en este partido de comunistas y populistas que seleccionan su casta sexualmente.
 Comparar a los Beatles con los líderes podemitas oculta su fiereza y violencia revolucionaria, alejada del pacifismo de los músicos y sublimado por Lennon con “Imagine”.
 Ninguno de los Beatles se parece a la cúpula de Podemos, que llama a luchas callejeras, se alegra del apaleamiento de policías, quiere que el pueblo tenga armas, y admira los regímenes empobrecedores y que encarcelan a los disidentes.
 Su modelo y financiación están en Venezuela e Irán, e incluso alberga a las Juventudes Comunistas, donde empezó Montero, que bendicen con entusiásticos manifiestos a Kim Jong-il el dictador de la III generación de los Kim-Jong de Corea del Norte.
 Montero, recuerda más a Jiang Qing –también físicamente, véanse sus fotografías-- cuarta esposa de Mao Zedong, brazo ejecutor de la Revolución Cultural que costó decenas de millones de muertos chinos; hay estudios que estiman cuarenta millones.
 Era líder de La Banda de los Cuatro, la más cruenta expresión del comunismo ciego y desmedido.
 Sí, Montero recuerda a Jiang Qing, fanática que agasajaba, halagaba y satisfacía al macho alfa Mao, función físico-intelectual esencial para el descanso del guerrero, como hacían también Evita, Cristina Kirchner o Imelda Marcos.

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