Opinión

No es dinero, es trabajo

Las manifestaciones de las Mareas Verdes de maestros y alumnos exigiendo más dinero para la educación obtienen la simpatía general porque la teoría podemita asegura que los gobiernos, populares y socialistas, desprecian la enseñanza.
 Falso: según datos de Eurostat, en ese capítulo España aporta el 27,5 por ciento de su PIB, mientras que la UE se queda en el 26,9, y en este año el informe PISA da casi la media de la OCDE.
 Sólo hay analizar tres cuadros con datos oficiales y ese informe, que evalúa a los estudiantes de los 35 Estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para descubrir que las regiones consideradas pobres pueden tener mejores resultados educativos que en las ricas.
 Debe airearse, por ejemplo, que según PISA Galicia, con 20.431 euros de PIB per cápita, es número tres de España, y que la número uno, Castilla y León, 21.922 euros  cápita, y cuya inversión en educación en 2016 fue de 1.875,96 euros, un 1,73 por ciento menor que en 2012, da notas cercanas a las de la tan admirada Finlandia, cuyo PIB es más del doble al alcanzar los 45.668 euros per cápita.
 Pongamos ahora la región que era el espejo para el resto de España, Cataluña.
 Con un PIB de 27.663 euros y una inversión para educación de 4.610, 99 euros en 2012 y de  4.442,58 en 2016, está en el sexto lugar, tras Castilla y León, Madrid, Galicia, Navarra y Aragón.
 Sorprende también el caso del País Vasco, que con un PIB de 30.490 euros invierte en cada alumno un tercio más que la media de las otras CC.AA., y está en el puesto catorce.
 Mareas Verdes, aprendan de Castilla y León: no es dinero, es trabajo.

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