Opinión

Información contra propaganda

Desde que Jordi Pujol llegó a presidente de la Generalidad el 8 de mayo de 1980 hasta hoy mismo Cataluña ha pasado 37 años y cinco meses, un año más que la dictadura franquista 1939-1975, bajo dominio nacionalista, incluyendo los ocho del socialnacionalismo de Maragall-Montilla.
Al contrario que el del franquismo, cuyo agitprop comenzó a decaer en los 1960, el de Pujol y sus sucesores ha crecido paulatinamente hasta convertir en separatista a casi la mitad de la población catalana.
Cuatro catalanes: la mente más brillante del PSOE, Josep Borrell, junto al también brillante exministro del PP, Josep Piqué, el catedrático constitucionalista de Ciudadanos Francesc de Carreras, y el notario catalanista Juan-José López Burniol, acaban de publicar un libro imprescindible: “Escucha, Cataluña. Escucha, España” (Atalaya).
Cuatro visiones diferentes en las que Borrell y Piqué se complementan, mientras se contraponen con diferencias fáciles de resolver el españolista Carreras y el moderado catalanista López-Buriol.
Borrell presenta quizás los elementos que mejor desmontan los mitos independentistas: la explotación de los  catalanes por el resto de España, el maltrato en infraestructuras, la persecución cultural y otros mitos creados para alimentar el separatismo y, fracasado el referéndum, la posible violencia de independentistas fanáticos.
(Qué desgracia para el PSOE haberle obligado a dimitir como Secretario General tras ganar las primarias en 1988).
Borrell descubre las mentiras nacionalistas que elevaron el 20% del independentismo histórico al 48%, aunque por fortuna esa elevación del 28% puede revertirse con campañas de información que actúen como contrapropaganda.
 Debe decirse de mil maneras y urgentemente la verdad, refutar la falsedad nacionalista que permite fabricar independentistas.
 Borrell propone crear un sistema transparente que contrarreste a la propaganda separatista, y que vergonzosamente no ha existido con Rajoy, aunque tampoco con el socialista Zapatero.

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