Opinión

Escudos humanos en Barcelona

Esta sociedad que ve en la televisión horribles matanzas sin inmutarse se asusta con las imágenes de la supuesta brutalidad de la Policía Nacional en Barcelona para impedir el referéndum ilegal del pasado día 1.
 Esta historia de las cargas policiales y los 843 heridos, que repiten incansables los políticos separatistas, es una de las mayores falsedades creada por los inteligentes servicios de propaganda del independentismo.
Que engañaron tanto a la prensa, que olvidó las cargas de verdad que se producen en democracias como la francés, alemana o en el paraíso pacifista danés.
De los 843 heridos sobre los que insiste el separatismo sólo necesitaron asistencia hospitalaria cuatro, siendo uno un anciano que sufrió un infarto.
Aun así, sólo hubo ese único herido serio, que perderá la vista de un ojo, víctima de una pelota de goma rebotada y disparada para alejar a las masas que acorralaban a los policías.
El resto son mentira, incluida la farsante de los dedos rotos uno a uno, aunque hubo numerosos contusionados leves, casi todos por avalanchas de los propios manifestantes, que acudían a médicos nacionalistas para que emitieran certificados de lesiones.
Ante propaganda así seguramente ningún gobierno fue tan torpe como el español, que pudiendo demostrar que las cargas fueron menores que las que se practican en cualquier democracia europea, no facilitó información de contraste alguna.
Las escenas más violentas captadas por los manifestantes, precisamente para demostrar la violencia policial, no eran las de los agentes expulsado a los separatistas de los puntos de votación, sino las de los ancianos, discapacitados y niños frente a los policías como escudos humanos.
 Las televisiones tampoco mostraron los acosos, insultos, y agresiones a los agentes, que les provocaron unos 450 lesionados, según informaron, aunque poco énfasis.

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