Opinión

La derecha salió del armario

Vox ha hecho salir del armario a muchos andaluces amedrentados por la corrección política que también entró en el PP y les impedía ejercer su derechismo, no siempre ultra.
 En las conversaciones con la gente, las cartas a los periódicos, incluso progresistas, y las redes sociales ya este lunes había numerosos comunicantes que se decían contentos con la inesperada llegada de Vox, que expresaba su irritación con la corrupción y el incumplimiento de leyes importantes tanto por el PP como por el PSOE.
Más indignados con este último por haberse aliado con Podemos, los separatistas y los herederos políticos de ETA, todos ellos más enemigos de la Constitución que Vox.
Los inesperados 11 diputados andaluces de Vox, el 11% del electorado, son la primera venganza de un fenómeno que crecerá en el resto de España, porque abierta la caja de Pandora es imposible volver a encerrar sus contenidos.
Votantes que ocultó José Félix Tezanos, el dirigente socialista nombrado Chef del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) por Pedro Sánchez para que en sus guisos electorales predijera sus triunfos, por lo que le dio a Vox un solo parlamentario, y son 12, y al PSOE 45-47, cuando cayó a 33.
Además, los comunicantes verbales y por escrito niegan que Vox sea de extrema derecha: no está militarizado –Podemos tiene una rama en campamentos con jóvenes militantes entrenándose, hay vídeos en internet--, no persigue etnias, sino demanda la expulsión de inmigrantes ilegales y delincuentes, quiere cambiar las autonomías dentro de la Constitución, y apoya a la monarquía.
 Cuidado, porque por mucho que se repita que es ultraderechista, o aunque lo apoyen los ultraderechistas del exterior, va a ser difícil identificarlo como tal con hechos probados, lo que lo hará más audaz.

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