Opinión

Las brujas gobernantes

El caso de la bruja Adelina, una anciana meiga gallega establecida en las montañas de Andorra que le hacía ensalmos a Jordi Pujol, ha provocado multitud de comentarios que ridiculizan al que fue presidente catalán 23 años, olvidando que estamos regidos por líderes así desde que existe el ser humano.
Rompiendo su secreto profesional Adelina cuenta que le pasaba huevos frescos por el lomo a Pujol y que se volvían negros porque absorbían los malos espíritus que llevaba dentro.
Quizás eran los de su codicia, que hasta Adelina tenía que pagarle 250 euros de comisión por cada cliente que le enviaba desde la Generalidad, la mitad de lo que ella cobraba por cada carísimo huevo que estropeaba.
Hay numerosos estudios sobre malas decisiones tomadas por reyes, presidentes y jefes de gobierno estando enfermos.
Pero no grandes tratados sobre las acciones de tantos políticos poderosos, desde el Hitler, Mitterrand o Ronald Reagan tomadas bajo la influencia de sus brujas o astrólogos.
Se sabe, por ejemplo, que Vladimir Putin tiene un Rasputín particular tan influyente en su vida como era el que dirigía la vida de la familia los Romanov, los últimos zares, asesinados en masa por los bolcheviques.
Los franceses recuerdan qua su presidente socialista François Mitterrand obedecía a su astróloga Elisabeth Teissier, una bellísima ex Miss Francia, que además era su amante, y cuya influencia era tal que el político le pedía que consultara las estrellas para tomar decisiones importantes.
En la II Guerra Mundial la inteligencia británica contrató al astrólogo húngaro, Ludwig von Wohl para que adivinara las predicciones del astrólogo personal de Hitler, el suizo Karl Ernest Krafft.
Señora Adelina, miremos al nacionalismo: por 500 euros, 250 para Pujol, destituya usted a Artur Mas de una vez, buena mujer.

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