Opinión

El autobús de Hazte Oír

Hazte oír”, una asociación católica contra el aborto y la homosexualidad como juego social, ha sido acusada de “incitar al odio” hacia personas transgénero por haber impreso en un autobús que viajaba por España el lema “Los niños tienen pene. Las niñas vulva. Que no te engañen. Si naces hombre eres hombre. Si eres mujer seguirás siéndolo”.
 El vehículo fue inmovilizado por el ayuntamiento de Madrid, y el Fiscal Superior de la Comunidad, Jesús Caballero, abrió diligencias contra sus promotores (HO) apelando al Artículo 510 del Código Penal (CP) que condena con prisión de hasta cuatro años a:
 “Quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia por (…) su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad”.
 Para la Academia odio es “Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”; pero no parece que HO discrimine o incite a hacerle daño a nadie diciendo lo mismo que los médicos en los partos cuando anuncian el sexo del recién nacido.
 El 1 por ciento de los nacidos son transgénero/hermafroditas, según la OMS, y tampoco parece que pueda probarse que HO genere odio contra ellos, o contra los de elección voluntaria.
 A la vista del artículo 510 y de otras matizaciones menores del CP en el Art. 515, la acusación de incitación a la violencia contra la transexualidad, es absolutamente injusta, incluso para muchos que detestan a HO y a su campaña.
 Ahora el problema fundamental es la democracia: debemos preservar la libertad de toda idea no violenta, también la de quien acuse a HO de reaccionaria, obcecada, rancia y beatona insoportable; HO debe tener derecho a su autobús, y otros a usar libremente lemas contrarios.
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