Opinión

Alá se lo ordenó

Los defensores del multiculturalismo ingenuo y los gobernantes occidentales, incluido Rajoy, y con la excepción de Donald Trump, insisten en que el terrorismo yihadista es ajeno al verdadero islam.
 Pretenden no molestar a la mayoría musulmana que no asesina pero que es pasiva y temerosa ante la yihad violenta, lo que no invita a esos creyentes a analizar críticamente el Corán como hacen judíos y cristianos con sus libros sagrados.
 Desde la literalidad del Corán Alá ordenó matar infieles, y Khalid Masood lo hizo: dejó cuatro muertos en Londres este miércoles e hirió a decenas de personas, algunas críticamente.
 La misma orden recibió el detenido en Amberes horas después tratando de masacrar a una multitud con otro coche; e igual todos los islamistas que van contra los musulmanes que consideran herejes y contra nosotros, infieles que no nos sometemos a Alá.
 Sufrimos una epidemia de llamamientos a ejecutar más ataques. Son contagios cíclicos que eclosionan desde que Mahoma asesinó en masa a la primera tribu que rechazó su mensaje en Arabia; que, naturalmente, era judía.
 Raad Salam Naaman, filólogo, profesor universitario, especialista en el islam y español de origen iraquí, recuerda que el islam nació y se expandió con la violencia y la guerra santa, como señalan también tantos grandes estudiosos, incluyendo a la gran intelectual exmusulmana Ayaan Hirsi-Ali.
 La lectura rigorista del Corán ordena la yihad violenta. Entre las 6226 aleyas/versículos que contiene el Corán 255 llaman directamente al asesinato para expandir el mensaje de Alá si el infiel no se convierte.
 Los musulmanes que defienden la yihad pacífica, la lucha interior no sanguinaria, son traidores al islam para los fanáticos, por lo que ellos también son víctimas de los fieles que aplican literalmente su libro sagrado.

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