Opinión

Dios y los jóvenes gallegos

Pues, dilecta leyente, va para un mes que se publicó una “enquisa” en la que se constata que los jóvenes gallegos son los que menos creen en Dios. Y digo yo, que si les hubieran consultado, también hubieran respondido que tampoco creen en el empleo fijo, ni en el “póngame a los pies de su señora”, ni en la guardia mora… 
La encuesta, que pretende ser rigurosa, establece que un 31% cree que Dios es una energía. Bueno, pues eso indirectamente es creer en el Dios cristiano, pues ya un tal Jesús de Nazaret anunció antes de su ejecución que mandaría al Espíritu Santo, que se podría entender como una energía positiva, o bien es que han oído hablar del Big Bang como la teoría de la creación del universo, solo que les falta un hervor intelectual.
Otro 16% dice que cree en Dios, pero no en el del que hablan las religiones. Aunque es otra forma de ser creyente, más bien parecen inclinados a las ciencias esotéricas, que es una forma poco ortodoxa de búsqueda del nirvana y que suele acabar en pura superstición. Otra cosa es la clásica expresión: “Creo en Dios, pero no en los curas”, que es un modo de pretender entenderse, sin intermediarios, con el “Jefe”.
Un 49% piensa que no hay vida después de la muerte. Bueno, si a pesar de no esperar la recompensa de la vida eterna se porta como fiel cristiano, supongo que tiene más mérito, como discípulo, tal vez sin saberlo, de San Juan de la Cruz: “Porque aunque lo que espero, no esperara, lo mismo que te quiero, te quisiera”, que viene a ser la mejor prueba de místico altruismo. 
Luego hay un 29%  que considera que no existe Dios en absoluto. Pero parecen ser fieles devotos del tótem McDonald’s y tienen otras deidades más tangibles, como Cristiano Ronaldo, Messi, o Madonna….., que hacen “milagros” con el balón o el vinilo. También puede que hayan seguido las teorías del astrofísico Stephen Hawking. Claro que cualquiera con tal mente privilegiada, convertido en piltrafa humana, tampoco creería ni en un ser superior a él ni que rezume bondad.
 Lo que me preocupa, dilecta, no es que estos jóvenes no crean en Dios, sino que Dios no crea en estos jóvenes. 
Un 14% no cree en el Dios de los católicos. Bueno, existen más religiones. Lo importante es que al menos coincidan en  el amor al prójimo.
Este descreimiento de nuestros jóvenes contrasta con la obnubilación de los jóvenes islámicos por las herméticas reglas del Corán insufladas por clérigos misóginos con pinta de recién amortajados. Por algo ya lo advirtió Ratzinger: “Un agnóstico está mas cerca de Dios que un fiel rutinario”.  

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