Opinión

Las chapuzas de los mossos d’esquadra

Pues, dilecta leyente, ya finalizadas las vacaciones, toca enfrentarse a la cruda realidad, uno de cuyos hechos recientes más cruentos es el de los atentados en Barcelona y Cambrils.
Mire, difícilmente se encontrará en los anales de la lucha antiterrorista unos fallos tan espectaculares como los que han cometido los mossos d’esquadra, que de no haber despreciado la ayuda y colaboración de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, quizás hubieran evitado la masacre,  pasándose de sobrados, cuando eran unos neófitos en la materia y el asunto les venía grande.
Su mayor fallo fue minusvalorar la información que les llegaba de las autoridades belgas sobre el imán de Ripoll, que luego resultó el organizador de los atentados, quien cuanto menos debería estar vigilado. El segundo, que no por ello deja de ser el más clamoroso, fue el de la explosión de la casa de Alcanar, que consideraron un simple accidente, pues su torpeza les impidió ver que era donde se preparaba un gran atentado. Ni el hecho de encontrar más de cien bombonas de butano, propano, acetileno y el Triperóxido de Triacetona (la madre de Satán), explosivo normalmente empleado por los yihadistas, les llamó la atención. Tampoco se les ocurrió interrogar a los vecinos. 
Por fortuna, la explosión en la manipulación del artefacto evitó que pudieran llevar a cabo mayores males y tuvieran que improvisar con los atropellos, ya sin la dirección del imán, al que Alá había llamado a su paraíso. Por cierto, encontraron libre el acceso a la zona peatonal, matando a mansalva, porque no se habían colocado los bolardos como habían aconsejado desde el Ministerio del Interior, pues consideraron que no había ningún peligro inminente.
La operación Jaula fue un coladero, que permitió  los terroristas repetir la escena en Cambríls y que el autor material volviera a pirarse, pues la negativa a difundir  su fotografía como recomendaban las Fuerzas del Estado facilitaba su impunidad, la que desapareció en cuanto se decidieron tardíamente a hacerlo.
A pesar de todo, el arrogante y mesiánico Puigdemont les condecoró por su “excelente trabajo” queriendo hacer ver que Cataluña tiene medios y personal suficiente para resolver cualquier situación al margen del Estado.
Aunque todos los estudios demuestran que las diferentes religiones pueden convivir en paz en cualquier país del mundo, excepto la islámica, Cataluña prefirió acoger en su seno a los musulmanes, marginando a los hispanoamericanos, por la razón de que éstos ya venían con el idioma aprendido mientras que los otros se verían obligados a aprender catalán para poder “integrarse”; y ahora tienen una de las más florecientes comunidades musulmanas, con el peligro de los “lobos solitarios” de los inadaptados de la segunda generación.
¡No tinc por!

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