Opinión

Buscando a Diana

Pues, dilecta leyente, hay desapariciones misteriosas que rayan lo mágico y sobrecogen el ánimo de los más bizarros, obligando a los intelectuales a buscar una razón científica que tranquilice a todos y cuyo resultado termina siendo más esotérico que el mismo asumido por el ciudadano de la calle, pero que no se atreve a refutar para no ser tildado de inepto.
Pongamos que hablamos del famoso “Triángulo de las Bermudas” también llamado el “Triángulo del Diablo” por las misteriosas desapariciones de barcos, aviones y pequeñas embarcaciones desde 1840, sin explicación aparente, y que constituye aún hoy causa de debate entre místicos y escépticos, aunque, últimamente, algunos expertos han creído encontrar la solución en la existencia de múltiples y profundos cráteres presentes en la zona, provocados por una explosión de metano bajo el lecho marino.
¿Cuál es el cráter de Poba do Caramiñal en el caso de Diana Quer? Desde luego que más que de misterioso lo tiene de confuso, y lo que necesita es de una adecuada investigación. 
Está bien lo de las batidas en los lugares donde puede haber transitado y en donde puede encontrase herida, perdida o muerta. Cuando participen voluntarios es necesario darles unas breves orientaciones para que no destruyan pruebas y sin descartar que entre ellos pueda estar el autor/es de la desaparición (como en el caso de los pirómanos). Puede crear pistas falsas o destruir las auténticas; puede trasladar el cuerpo a otro lugar ya inspeccionado, etc. Está bien lo de la localización del coche en que pudo haberse ido, a través del visionado de las cámaras de vigilancia, que es un trabajo de chinos si no permite ver los rostros de los ocupantes.
Todo ello debe ser complementado con la identificación de la persona o personas con las que Diana pudo haberse ido. Lo primero es comprobar quién o quiénes faltan del pueblo que hayan desaparecido en las fechas que falta Diana. En las verbenas y fiestas populares acuden personas de otros lugares que se sienten con cierto sentido de impunidad porque no los conocen y tampoco consta su presencia en hospedajes, bien porque no pernoctan o lo hacen en furgoneta. En el caso de la “desaparición” de Monserrat Martínez durante las vacaciones de Semana Santa en Viana do Bolo, el que la hizo “desaparecer”  estaba  de paso en el pueblo, en donde tenía familia. Tardó 9 años en ser localizado.
Si, como parece, se subió a un coche, hay que recordar el riesgo que supone hacer autostop. Poniéndonos en plan trágico, hay que aludir al caso de las Niñas de Alcàsser. En Italia, aunque parezca contradictorio, el mejor deseo sería que la desaparecida se encuentre protegida”In bocca al lupo”.
 

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