Mal le va a la zorra cuando ha de dedicarse a los ortópteros. Mal a los políticos cuando han de cazar votos en amarillas grilleras. “Lo hace Obama”, me decís. ¡Valiente argumento! Obama tiene más morro (y más dientes) que una pelea de perros; anda por aquellos pagos de bufón, con su sonrisa postiza y sus saltitos de jugador de los Harlem Globetrotters; se sube al helicóptero “Marine one” con mas boato y estilo que un actor de Hollywood, aunque solo sea para irse de “weekend”. Pero es el suyo un país de “showmen”, estrellas de cine, telefilmes y cartón piedra; donde también es fácil acojonar a la peña con vídeos de yihadistas; o donde la mayor ilusión de un “Yes we can” es jugar a las maquinitas en Las Vegas. Ahora decidme: ¿Spain no era diferente?
En fin, si aquí lo copian, sigámosles el juego a estos farsantes. Bien pensado, incluso puede resultar prometedor: ¡petardos, petardas, comediantes de vodevil y pasarela!, explosionad vuestros programas, vuestros proyectos, vuestras dudas, incluso vuestras penas, ante el barbilucio erudito de Jorge Javier Vázquez; ante Kiko Matamoros, el esteta del “tatoo” y la alopecia; ante la Lety del Pueblo, ahora la Leonor: simplemente, la Belén, “¡la Princesa!”; para que ellos le den vueltas y revueltas y los desmenucen hasta el vómito en sus Sálvame Deluxe; y, de paso, os pongan también a caldo; tal vez lo hagan mejor que los Indas, Carmonas y Marhuendas, salsas (rancias) de todos los ídem.
Acudan también a los platós los Montoros, de Guindoss, Werts y los Margallos, y demás fauna vocinglera; a someterse a capciosas -y, sobre todo, profundas- preguntas, de tan ínclito, conspicuo y egregio cónclave de sabios. Clausúrense comisiones de investigación, parlamentos, hemiciclos y senados. Pónganse en su lugar plasmas gigantes: en bares, terrazas, parques y asociaciones de vecinos (tal que para ver a la Roja); repártanse matasuegras, vuvuzelas, pompones, camisetas y confetis; y a corear y a votar al más payaso.
Y volverá la fauna mas letal, como volvieron, de Bécquer, las tupidas madreselvas; florecerán los populismos, anidarán los córvidos, acecharán los reptiles, pulularán los insectos, nos rodearán las sombras y nos atrofiará la reuma… Q.e.p.d. España firmará entonces Mariló Montero, otra ilustrísima ilustrada de cojones. Ya aquí solo falta la post data: D.p.p.: de puta pena.
¡Ay, “un hombre un voto”, que paridad tan injusta, que aberración tan (poco) democrática!
