Opinión

¿Y qué se creían?

Pero ¿de verdad Puigdemont, Junqueras y compañía creían que el Estado puede permanecer inerme ante los intentos de segregar Cataluña del resto de España?
Desde la Generalitat se viene liderando, primero con Artus Mas y ahora con Puigdemont, no solo la convocatoria de un referéndum ilegal, sino la derogación del Estatuto de Autonomía, de la Constitución, y todo ello perpetrado con el apoyo de los grupos independentistas que en el Parlamento votaron la llamada "ley de transitoriedad" sin contar con los grupos de la oposición a los que se negó sus más elementales derechos.
Por si fuera poco la Generalitat viene despreciando todas las sentencias y requerimientos de los tribunales, incluido el Tribunal Constitucional.
Añadamos además la actitud desafiante y chulesca de los líderes independentistas que vienen repitiendo que no piensan hacer caso al Tribunal Constitucional, que no reconocen más legalidad que la que emanen ellos, y que por tanto van a segregar Cataluña de España sí o sí.
Por si fuera poco hay actuaciones de la CUP que son inaceptables en un Estado democrático como es llenar de pasquines las calles de pueblos y ciudades catalanas con los rostros de los alcaldes y concejales que han dejado claro que no piensan saltarse la Constitución y que por tanto no van a colaborar en la celebración el referéndum.
Es evidente que el Estado tenía que dar una respuesta ante tamaño desafío y provocación, ante la imposibilidad absoluta de diálogo puesto que Puigdemont y Junqueras vienen dejando claro que no quieren hablar de nada que no sea el camino hacia la independencia.
En un Estado de Derecho, un Estado democrático, todos somos iguales ante la Ley y por tanto todos tenemos que cumplir la Ley, y los políticos con más motivo. De manera que como los responsables políticos de la Generalitat y de los partidos independentistas se están saltando la Ley el Estado tiene que utilizar los resortes de los que dispone para impedir que haya una parte del territorio donde no impere la legalidad.
Hay que reconocer que la respuesta del Estado está siendo medida, comedida, pero lo que sería inconcebible e inaceptable es que permitiera que se quebrante la ley y quedarse cruzados de brazos.
Ojalá Puigdemont y compañía den un paso atrás desconvocando el referéndum y Mariano Rajoy de un paso adelante proponiendo haciendo viable una comisión parlamentaria donde se aborde el dialogo sobre una posible reforma de la Constitución que diera lugar a un Estado Federal.
Pero mientras tanto no se puede permitir que los políticos de una parte del país decidan ponerse y poner a su comunidad fuera de la Ley.

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