Opinión

Una cita peculiar

Convendrán conmigo que será todo un acontecimiento el anunciado encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el presidente de Corea del Norte, Kim Jong. Ambos son imprevisibles y no ha día en el que uno y el otro no adopten decisiones insólitas.
Los dos presidentes se reunirán en mayo, si es que el uno u el otro no da marcha atrás, porque ambos son dos personajes tan peculiares como histriónicos. Trump solo hace que amenazar a Kim Jong y este no ceja de provocar a Trump, pero seguramente ambos, o sus asesores, son conscientes de que un enfrentamiento armado con armas nucleares de por medio provocaría una catástrofe mundial. Así que bienvenida sea la iniciativa de que estos dos bravucones se sienten a hablar.
Lo más llamativo en los prolegómenos del encuentro es que ha trascendido que los enviados de Kim Jong tientan a Donald Trump con llegar a un acuerdo basado en que Estados Unidos no se meta con el régimen norcoreano, es decir que respete el status quo de esa dictadura feroz y a cambio ellos podrían relentizar o incluso desnuclearizar su país.
En pocas ocasiones se ha hecho tan evidente la ambición y el cinismo de un dirigente político como en el caso de Kim Jong. Quiere seguir en el poder pero como no es tonto sabe que no si se pasa en la dosis de provocar a Estados Unidos un día se puede encontrar con que le den un zarpazo que resulte definitivo. Así que Kim Jong prefiere pactar y continuar mandando y ya veremos si Donald Trump pone sobre la mesa la exigencia de que en Corea del Norte se respeten los Derechos Humanos o si ese capitulo lo pasa de puntillas o lo defiende con la boca pequeña.
Les confieso que me encantaría ser testigo de esa cita entre estos políticos tan peculiares, y les califico de peculiares porque hoy tengo el día amable.

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