Opinión

El sueño convertido en pesadilla

Qué queda de aquél sueño? El sueño que comenzó en 1979 con el derrocamiento de un dictador, Somoza, que desde hacía décadas tenía bajo su bota a Nicaragua.
El sueño puesto en marcha por un grupo de jóvenes revolucionarios que se hicieron con el poder y prometieron un futuro sin dictadura, sin corrupción, con justicia social, con esperanza.
Si miramos el presente de Nicaragua vemos que queda poco de aquél sueño. Daniel Ortega, uno de los líderes de la Revolución Sandinista se ha convertido en un autócrata que no ha tenido siquiera reparos en nombrar a su mujer vicepresidenta del Gobierno, su "segunda de a bordo". La pareja presidencial hace y deshace a su antojo y al igual que en aquella Nicaragüa que prometieron cambiar, ahora también la disidencia se paga cara, la pobreza continua campando por barrios y pueblos, la justicia brilla por su ausencia y la esperanza hace tiempo que se estrelló contra la realidad.
Las reformas propuestas por Daniel Ortega que han dado lugar a la rebelión de los nicaragüenses iban a suponer un duro revés para los sectores más desfavorecidos del país. Pero hace tiempo, mucho tiempo, que Daniel Ortega dejó de ser un revolucionario; hace tiempo, mucho tiempo, que Daniel Ortega se separó de la gente que confío en él.No sé qué queda de aquél Daniel Ortega o a lo mejor es el mismo solo que ahora se muestra tal cual es, solo que ahora sabemos que todas las promesas de cambio consistieron en hacerse con el Poder y disfrutarlo.
Precisamente, Sergio Ramírez que fue vicepresidente de aquel primer gobierno revolucionario acaba de dedicar el Premio Cervantes "a los nicaragüenses que han sido asesinados por reclamar Justicia". A las palabras de Sergio Ramírez no caben añadir nada más, solo nos queda lamentar la situación que vive Nicaragua donde la gente ha salido a la calle a reclamar justicia, libertad, y el poder comer todos los días porque con Ortega el sueño se ha convertido en pesadilla.

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