Opinión

La sentencia

Artus Mas ha alzado la voz para quejarse de que el Tribunal Superior de Cataluña le haya condenado a dos años de inhabilitación como máximo responsable de la convocatoria del referéndum celebrado ilegalmente el 9 de noviembre del 2014.A sus entonces consejeras, Joana Ortega e Irene Rigau, el Tribunal también las ha condenado a poco menos de dos años por el mismo delito.
A Mas le parece que no deberían de condenarle a nada mientras que una parte de la opinión pública piensa que le ha salido barato saltarse a la torera la ley. Es lo que suele suceder con los juicios mediáticos en los que todo el mundo tiene opinión sobre cual debe de ser la pena.
No seré yo quién me dedique a dilucidar si la condena es mucha o poca pero sí me permito opinar sobre lo que supone que el representante de una institución sea capaz de cometer una ilegalidad a sabiendas que la cometía.
Me parece muy peligrosa esa corriente populista que recorre el mundo en el que algunos políticos han decidido que las instituciones y las leyes no importan sino que ellos solo se deben a lo que los ciudadanos digan que quieren en referéndum y consultas populares. Deslegitiman las estructuras de la democracia y de las instituciones para defender un mandato directo a través de las consultas populares diciendo que esa es la verdadera democracia. En realidad utilizan las instituciones para lo que les conviene y las atacan si se convierten en un obstáculo para sus fines sean los que sean.
Mas ha anunciado que recurrirá a todas las instancias judiciales incluidas las europeas. Está en su derecho en hacerlo. Luego veremos si, en caso de que no le den la razón, muestra respeto por lo que decidan los Tribunales.
Me atrevo a decir que Cataluña no se merece a estos dirigentes que han colocado a la Comunidad al borde del abismo y que además son representantes de un partido que en estos días se juzga en los tribunales su financiación ilegal, amen de la escandalosa conducta de la familia Pujol encausada también por cuestiones de dinero.
Me pregunto que pasará si Mas durante dos años queda inhabilitado. La respuesta es que no pasará nada. Estoy segura que Cataluña no se va a cimbrear ni a sufrir ningún cataclismo por la ausencia política de Artur Mas, por más que él se muestre tan convencido de su importancia.

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