Opinión

Los otros culpables

Los casos de corrupción del pasado reciente vuelven a ocupar titulares de actualidad puesto que algunos de sus protagonistas de nuevo están ante la Justicia.


La corrupción apesta y los juicios por corrupción que tienen en su punto de mira a políticos dejan boquiabiertos a los ciudadanos al comprobar que en estos años de crisis en que había que apretarse el cinturón algunos se "forraban" de manera torticera y ya digo que estos días volvemos a ver sentados en el banquillo a algunos de los principales acusados de corrupción ligados al PP, algunos de ellos proponiendo un "pacto" a la Fiscalía: contar todo lo que saben a cambio de intentar reducir sus penas.


Y sí, podemos confiar en la Justicia por más que a veces produzca desazón su lentitud. Pero hay una pregunta que no podemos dejar de hacernos y es que para que exista corrupción tiene que haber corruptos y corruptores. La cuestión es sino son tan corruptos los corruptores como los propios corruptos.


En el caso Palau por ejemplo hemos visto como los políticos han sido sancionados por la Justicia pero los corruptores, es decir los empresarios que se lucraron se han ido de rositas. Al parecer su delito había prescrito así que pelillos a la mar. Y eso es lo que viene sucediendo con demasiada frecuencia y es que salvo que el corruptor sea un don nadie, un empresario que no sea de la elite, lo normal es que judicialmente no pase nada. Ya digo, los corruptores de elite siempre tienen la suerte de librarse de la acción de la Justicia. Será porque tienen unos abogados buenísimos o vaya usted a saber.


El caso es que esto resulta cuando menos sorprendente porque insisto en lo que es evidente, para que haya corrupción tiene que haber alguien que tiente y alguien que caiga en la tentación.


Es evidente que quién ostenta un cargo público tiene una obligación mayor a la hora de comportarse honradamente pero ya sabemos que la condición humana es la que es y por tanto adquieren un papel principal los "tentadores" es decir los corruptores.
Esta es una laguna a la que nadie parece querer asomarse. Y así día a día vemos que hay corruptores que salen limpios de polvo y paja por más que sus corrompidos terminen en la cárcel. ¿Por qué será?

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