Opinión

Vigo, sitio distinto

La discusión abierta en el PP -ayer mismo el exconselleiro y alcalde de Santiago- es si su partido debe ir adelante y aprobar la reforma de la ley electoral municipal ateniéndose a que es una acción legal -tiene votos para ello- y legítima -iba en su programa de 2011, también en el del PSOE de 2004- o por el contrario, renunciar al no haber consenso sobre una norma que marca las reglas de juego. Si el PP la saca adelante, el PSOE, en el caso de ganar las elecciones, podría cambiarla dentro de un año. No es fácil una u otra decisión y además ni siquiera se conoce una propuesta sobre la que opinar. Todo lo más, parece abrirse paso la posibilidad de una segunda vuelta entre las listas más votadas en el caso de no conseguir un mínimo de apoyos, el 40 por ciento. Parece justo.
En materia de consenso, Zapatero voló por los aires dos imprescindibles en otros tantos asuntos clave que superan una legislatura y que por tanto deben tener soporte al menos en las dos grandes fuerzas: la política antiterrorista y  Cataluña. Ya hemos visto el resultado.
En el PP también creen que Rajoy podría aprovechar su cita anual en Soutomaior, el último domingo de este mes, para anunciar si va adelante o renuncia por no haber un principio de acuerdo.
La ley hay que cambiarla, desde luego, porque la actual hace aguas aunque los efectos reales no serán tan importantes como se podría suponer. En el área metropolitana y el sur de la provincia probablemente sólo habría que hacer doble vuelta precisamente en Vigo, sitio distinto, donde hay más equilibrio. Cierto que sería interesante ver coaliciones y programas unidos ante el elector. En el PP gallego presionan para  cumplir el programa, pero sin consenso...

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