Opinión

El túnel del futuro

El presidente de los armadores, Javier Touza, acaba de recibir una doble filípica por exponer su postura actual sobre la construcción del túnel de Beiramar y por hacerlo en Atlántico y no en el diario de enfrente. Touza no ha cambiado su discurso, lo que ha cambiado es el proyecto. Recordemos. En el ya lejano 2006, la conselleira socialista Caride y el presidente de Puerto Caballero presentaron una maqueta de un paso inferior desde O Berbés a Barreras que convertía Beiramar en una calle peatonal. Se fue Caride de la Xunta y Caballero del Puerto y el proyecto continuó avanzando, lo que llevó a la comunidad portuaria a presentar alegaciones contundentes en contra de una actuación que dejaba arrinconado el puerto pesquero, sin vías de entrada y salida ni accesos. Inaceptable y así lo dijeron. Las  demandas llevaron a modificar la idea inicial, pero también alargaron en el tiempo su ejecución. Y llegaron la crisis y los ajustes. El resto es bien conocido. Javier Touza dice ahora que el proyecto reformado, sin peatonalización completa de Beiramar y con comunicación con O Berbés, es válido para el puerto y para la ciudad. Y por tanto, lo apoya en nombre de la comunidad portuaria. ¿Suena coherente, no? Falta  un apoyo claro y concreto de la Muy Leal, comenzando por su ayuntamiento, más allá de declaraciones plenarias –importantes- y sobre todo alejándonos del viguismo de barraca de feria, obsesionado con lo que pasa 160 kilómetros al norte como fórmula de movilización elemental. Vigo debe trazar su futuro estratégico. El túnel de Beiramar forma parte de él, para tener una ciudad mejor. Hágase.

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