Opinión

tenemos tres problemas

El puerto de Vigo tiene tres problemas, luego  toda la Muy Leal: con la estiba -que goza de un privilegio como monopolio que niega la Comisión Europea pero que por ahora se mantiene-  con la competencia vecina -los puertos que ofrecen servicios más baratos, de ahí la fuga de Maersk- y finalmente con su puesto de inspección fronteriza de mercancías, que se ha demostrado tenazmente lento a la hora de gestionar la salida de productos. Todo ello ha dejado como resultado una caída visible en las cifras portuarias que se añaden a otras estadísticas en negativo, como la construcción o la demografía, en recesión. 
El desvío hacia Leixoes de mercancías destinadas a Vigo es quizá más grave por cuanto se trata de un asunto enquistado y sin aparente solución. Los funcionarios que gestionan el PIF de Guixar consideran que realizan su trabajo de forma adecuada, mientras los usuarios advierten de que se suceden los atascos por la extrema lentitud burocrática. El Puerto incluso fue más allá al señalar que hay arbitrariedad a la hora de gestionar el paso de mercancías. Todo muy grave y confuso pero cuantificable en 50.000 toneladas que de  momento el puerto vigués ha regalado a la competencia de Leixoes, donde también hay controles pero más eficientes. Un disparo en el propio pie.

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