Opinión

las promesas...

Mientras el PSdeG se desangra una vez más en una guerra civil a un mes justo de las elecciones, comienzan a aparecer propuestas para la próxima legislatura. Una de ellas la llevaba el candidato socialista, Xoaquín Fernández Leicega, quien seguramente pasó ayer uno sus peores días de su vida como político en activo cuando se encontró con todos los medios preguntándole por las ausencias y sin saber muy bien qué responder para no echar más leña al fuego, que seguirá encendido, porque el pulso va para lejos. Leiceaga se presentó en el Álvaro Cunqueiro para asegurar que si es presidente –en un hipotético gobierno que tendría al menos tres formaciones más, además de los distintos clubes del PSdeG-  rescatará el hospital. O lo que es lo mismo, abonará lo que resta por pagar en largos plazos a la empresa que lo construyó. Es una postura coherente con su discurso, pero difícil de mantener por cuanto obligaría a destinar una buena parte de los recursos de la Xunta al pago de la factura hospitalaria, detrayéndolos de otros servicios y necesidades. Cierto que a largo plazo supondría un ahorro para el Gobierno gallego al reducirse los intereses añadidos, pero para una sola legislatura iba a resultar un quebradero de cabeza en la gestión financiera de la Comunidad Autónoma. Y en definitiva, para no tener a cambio de semejante esfuerzo presupuestario ninguna mejoría relevante para los usuarios, que recibirán la misma atención en el mismo centro con el mismo personal y en las mismas condiciones. Y como colofón, seguiría habiendo servicios concesionados, como ya había en el Xeral y el Meixoeiro, salvo que una Xunta de cuatripartito se empeñara en elevar su gasto contratando cientos de funcionarios…
La promesa de Xoaquín Fernández Leiceaga, salvando un océano de tiempo y un mundo de circunstancias, me recuerda a otra que hizo un célebre antecesor al frente del cartele elctoral del PSdeG, el gran Emilio Pérez Touriño, quien en un mitin en Vigo aseguró que si era presidente de la Xunta trasladaría la sede de la Consellería de Pesca a la Muy Leal para reforzar su peso como capital pesquera europea. Fue presidente gallego y no sólo no hizo lo que prometió, sino que ya puestos, se empeñó en torpedear la creación del Área Metropolitana, con todo éxito. Ni siquiera ofreció como premio de consolación fijar en Vigo la oficina central de Portos de Galicia, que entonces se iba a construir en Santiago, como todos sabemos un hermoso puerto de mar... 

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