No creo que sea casualidad lo que está pasando. De hecho, lo niego rotundo: no lo es en absoluto. Porque lo que está pasando en Vigo es que al fin se están pactando temas de fondo, lo que confirma que hemos estado perdiendo el tiempo miserablemente con el pim-pam-pum del Concello con la Diputación y Xunta, auténticas bestias negras durante años, mientras Fomento recibía un trato mucho más delicado. Cada uno que elija su culpable en esta tragicomedia –yo lo tengo claro- y miremos hacia adelante. PP y PSOE –o más bien PP y Caballero- han pactado la Ciudad de la Justicia, el nuevo hospital y el transporte metropolitano. Ahora también hay un acuerdo sobre Balaídos, aunque un tanto oscuro y sin aclararse cómo, cuánto y cuándo. Quedan por delante al menos otros dos asuntos de calado para otro pacto: sobre el desarrollo de Samil –con o sin servicios, con o sin paseo, etc- y sobre el Área Metropolitana, organismo creado y que está a la espera de piloto. Podría ser perfectamente, y ya, el alcalde de Vigo. Sólo tiene que decir que “sí” y se convertirá en presidente de 14 ayuntamientos y medio millón de habitantes. Y a cambio aceptar que no puede ser rey absoluto, sino “primus inter pares”, aunque con un liderazgo indiscutible. Nada más sencillo.
Que PP y PSOE hayan acercado posturas tiene todo que ver con las elecciones. Por un lado, porque el fantasma de Podemos amenaza a toda la izquierda, desde el BNG -que se encuentra en declive absoluto- hasta AGE, que parecía llamado a convertirse en árbitro absoluto, y también el PSOE, que ve como parte de su electorado, el más zurdo, deserta o puede hacerlo. Por otro, porque en tales circunstancias, los planes trazados por el titular del Concello han hecho agua. Todavía dice que logrará mayoría absoluta, pero supongo que también verá la realidad cómo es, y las europeas fueron en ese sentido demoledoras. Hubo un pacto con en PP por los presupuestos y ahora otro con el presidente provincial de los populares y la Diputación por Balaídos. Quizá no sea más que el inicio de una amistad...
