Opinión

Mercadeo en A Pedra

H ace ya algunos años, pero no tantos para haberlo olvidado, A Pedra se anunciaba de forma destacada en todas las guías turísticas de la ciudad, incluidas las que publicaba el ayuntamiento. Era un reclamo de la Muy Leal, un mercado conocido en toda España y una singularidad reconocida y tolerada hasta que el negocio comenzó a crecer y apareció en la lista negra de la Administración de Estados Unidos como uno de los puntos negros del comercio internacional, con ramificaciones en varios puntos en la distribución de productos falseados. Fue quizá la primera mención de Vigo en un listado emitido por la Casa Blanca, y desde luego nada brillante.
Quizá por eso llegó la movida policial y judicial y A Pedra echó el cierre tras una redada que abrió los informativos nacionales y pasó lógicamente a la historia. De eso hace 12 años y ayer fue el primero de los juicios. O más bien el amago de juicio, un arreglo saldado con penas mínimas y multas ínfimas tras un regateo muy propio del mercado. Incomprensiblemente, eso ha sido todo, tras cientos de titulares, declaraciones y un larguísimo trámite judicial iniciado en 2006 y finalizado ayer en una escena propia del camarote de los hermanos Marx. 
Cierto que A Pedra ya no existe y si esa era la intención, se ha conseguido sobradamente. En su lugar se han abierto unas tiendas que no difieren de otras de la ciudad. Las marcas falsas han desaparecido al mismo tiempo que el tabaco de contrabando y el queso holandés, que eran los tres grandes pilares de A Pedra.  Es bastante probable que en estas condiciones ya no tenga espacio en el siglo XXI y su tiempo haya pasado definitivamente, el de aquella “singularidad administrativa”, como la designó un subdelegado del Gobierno no sin ironía. Continuará...

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