Opinión

Leixoes/Vigo

Las cosas no pasan porque sí y la casualidad aunque existe suele tener  un papel secundario ante la causalidad que marca el devenir. Leixoes crece y Vigo aguanta con dificultades. ¿Casualidad? En absoluto. Leixoes es puerto nodal de la Unión Europea, y Vigo en cambio no, por decisión tomada por José Blanco. Leixoes es la Autoridad Portuaria de toda la Región Norte lusa, que cuenta con más de tres millones de habitantes, concentrando la gestión de Oporto, Duero y Viana do Castelo. Vigo compite con Marín y Vilagarcía en las Rías Baixas, y además con Ferrol y A Coruña en el Norte para una comunidad de menos de tres millones. Leixoes dispone de un PIF ágil que ha sido auditado por las autoridades comunitarias, pasando el examen sin problemas; Vigo tiene un PIF que el Ministerio de Sanidad avala pero cuya forma de interpretar las normas comunitarias convierte en muralla para la entrada de productos refrigerados en contenedores. Leixoes es la terminal de Oporto, ciudad que en sí misma es una postal turística y que se promociona de forma intensa, continua y efectiva, incrementando año a año el número de cruceristas; Vigo gestiona un muelle situado en pleno centro y donde pueden atracar los mayores trasatlánticos del mundo, pero los esfuerzos realizados no han funcionado para consolidarse como un destino preferente, pese a que durante años lideró el ranking del turismo marítimo de todo el norte peninsular.  Por todo ello y muchas otras cosas Leixoes-Oporto crece y Vigo aguanta con dificultades en mercancías o en pasaje. Pero el destino no está escrito, eso también es cierto. Continuará... 

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