Opinión

La otra marca de Vigo

Conxemar es un éxito,  mayor con cada ejercicio; el acceso al recinto ferial un fracaso de idénticas proporciones crecientes. Cada año se repite la historia, una foto con la que la feria queda mal y Vigo peor, colas interminables, atascos sin fin y dificultades extremas para acercarse hasta Peinador, que incluye como víctimas colaterales a los pasajeros que trataban de coger un avión en el aeropuerto. Un desastre completo, previsible y confirmado, que se repetirá con seguridad en 2019 si todo sigue igual. ¿Seguirá? Es muy posible. Entre otros motivos, porque no hay señales de que se vayan a realizar las prometidas mejoras que permitirían aligerar la circulación y los accesos. Tampoco se ve dónde está la coordinación necesaria para que el tráfico circule y no se atasque sin remedio la autopista. Y no es una maldición bíblica.
Vigo, ciudad a menudo oscurecida por sus propias complicaciones administrativas, busca una marca que la identifique internacionalmente, y Conxemar es una y muy buena por cuanto supone de publicidad positiva y de verdadera constatación de que esta ciudad es la capital mundial de la pesca y ejerce como tal. Pero ser la capital de algo exige demostrarlo con hechos constatables. Cierto que el Ifevi ya es un recinto validable y que cuenta con aparcamiento suficiente gracias a la conexión peatonal con el parking de Peinador. Pero mientras una de las fotos garantizadas de Conxemar sea el atasco, la imagen que se quedarán muchos de los participantes en la feria que estos días llegan a la ciudad será forzosamente negativa. Es la otra marca de Vigo y no la mejor, precisamente. 

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