Opinión

La guerra absurda de vigo

Quizá para los más jóvenes puede resultar increíble saber que a finales del pasado siglo se produjo una auténtica guerra civil en Vigo con heridos y quema de autobuses a cuenta de la eliminación física de los residuos urbanos. También es posible que no crean que hace 25 años había en Vigo un vertedero al aire libre. Gracias a la entrada de la ciudad en el programa Sogama se pudo clausurar y reconvertir en un paisaje verde, como es ahora, aunque debido a la acumulación de basura y sus gases todavía tardará años antes de que pueda declararse el paraje libre de toda contaminación. 
El programa Sogama contempla trasladar todas las “bolsas negras” de Galicia a un punto centralizado no muy lejos de Coruña para su eliminación y creación de electricidad. Vigo, con más de 300 toneladas diarias, tenía que compactar antes las bolsas de residuos para facilitar su traslado. Nada más. Y eso llevó a la empacadora y a una leyenda sobre el advenimiento de una catástrofe ambiental y la invasión de Teis con miles de ratas y gaviotas. Y en paralelo, a la constitución de una auténtica coalición de la mentira. Las evidencias han confirmado que nada de ello era cierto y la planta funciona desde entonces sin mayores quejas que el paso de camiones por el entorno. 
Pero la guerra desatada le costó la cabeza al alcalde de entonces, Carlos Príncipe, que no pudo ni hacer campaña electoral, y un grave problema social en Teis que tardó algún tiempo en solucionarse. 
Fue uno de los episodios más absurdos de la historia local viguesa, uno de los disparos en el propio pie que la Muy Leal se propina cada cierto tiempo. Luego vendría la guerra contra el puerto con otra coalición de la mentira, quizá más sutil pero desde luego no menos perniciosa. Así es Vigo. Continuará...

Te puede interesar