Hace tan sólo diez años Vigo suponía el 80 por ciento de la población del área metropolitana (14 ayuntamientos), hoy equivale al 70 por ciento y bajando. No se trata de un fenómeno nuevo ni desconocido. Muy cerca, en Oporto, la relación resulta todavía mucho más desequilibrada para la capital del norte luso, que apenas supone el 15 por ciento del millón y medio largo de residentes de la segunda gran conurbación portuguesa. Sin embargo, ninguno de los ayuntamientos discute a Oporto su condición de cabeza. Es probable que pase algo parecido en A Coruña, donde al lado de la ciudad hay varios municipios en fuerte despegue demográfico, industrial y empresarial, con Arteixo en primera posición, donde se sitúan las grandes compañías y el puerto. Hay una propuesta para su fusión con Coruña. Si ocurre, todo cambiará en Galicia.
En estos diez años transcurridos la población de la Muy Leal ha retrocedido en unos 4.000 habitantes para situarse en 2017 en el mismo nivel que en 2003, con cerca de 294.000 vecinos censados. El área metropolitana se estima en torno a los 450.000 y subiendo con algunos ayuntamientos todavía en fase expansiva. Es el caso excepcional de Salceda de Caselas, que creció un 50 por ciento en lo que va de siglo, y continúa ganando habitantes, como también Porriño, ya en los 20.000 residentes. Ambos municipios lograron captar población joven gracias a la promoción inmobiliaria realizada en la primera década del siglo con viviendas a precio reducido. Un gran imán para un área metropolitana que parece crecer con más fuerza en el entorno urbano. Veremos qué pasa en 2018, pero la tendencia está consolidada. Feliz año.
