Opinión

Incendios en Vigo

Tal día como hoy Vigo se lamía las heridas de una jornada terrible entre la realidad -las llamas que cercaban la ciudad- y una ola imparable de bulos -hoy, fake news- que a punto estuvo de provocar el pánico total. No faltó nada y las imágenes están todavía bien presentes. ¿Qué ha quedado de todo aquello? Además de una espectacular recuperación de los montes, aunque tendrán que pasar muchos años para que los nuevos árboles den sombra, como explicaba el presiente de los comuneros de Chandebrito, la sensación de que en cualquier momento se puede repetir. Desde luego no a esa misma escala, porque hace un año se dieron circunstancias excepcionales al coincidir un otoño muy seco, un calor insólito y un viento huracanado con el final de la temporada de máxima alerta. Sabemos además que no ha habido apenas detenidos y que nunca se halló la supuesta trama incendiaria y homicida, como la denominaba la Xunta, por una sencilla razón: su inexistencia, como ya había descubierto el Gobierno gallego del bipartito, que apeló al mismo argumento con idéntico resultado. La trama no era -no es- más que la famosa coalición negativa conformada por vecinos cabreados, intereses particulares de todo tipo y alieanados varios, todos ellos  tan del paisaje gallego como los toxos y los helechos
Otro incendio que sigue sin apagarse es el del Área Metropolitana y es lástima. Porque Vigo no será nada si no se convierta en una ciudad metropolitana, capaz de integrar y liderar medio millón de vecinos a cambio de generosidad. La ley aprobada por el Parlamento es la primera que da rango de capital a la Muy Leal. Sólo por eso, ya vale.

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