Opinión

Hace un cuarto de siglo

Hace 25 años Vigo no tenía Universidad. Tampoco una oficina para tramitar los asuntos de Tráfico, ni registro mercantil y ni soñar con una Audiencia. Mucho menos una delegación propia, independiente de Pontevedra, de la Xunta. Ni por supuesto una demarcación propia de los tribunales, también autónoma de la pontevedresa, que se acaba de conseguir recientemente. Por entonces ni se planteaba siquiera crear un área metropolitana, que la  Xunta aprobó y el gobierno de Vigo -por motivos conocidos y superables- ha decidido no utilizar.  Hace un cuarto de siglo, en definitiva, Vigo ya era la mayor ciudad gallega -llevaba otros 25 años al frente del escalafón autonómico- y contaba con el equipo más representativo de Galicia pero carecía de todos los servicios administrativos y judiciales que una capital logra "per se" y estaba asimilada a cualquier pueblo. Mucho ha sido el camino andado y  la consecución de todo ello confirma que la Muy Leal puede conseguir lo que reclama a base de constancia y de hacer peticiones bien fundadas.  Por ejemplo, una provincia propia o el rango oficial de capital serían los objetivos lógicos para que en el futuro no se repitan debates absurdos como el de la reforma judicial. Y para que Vigo salga definitivamente de la invisibilidad a que está condenada como ayuntamiento dentro de una provincia que lleva el nombre de otra ciudad. Eso debe cambiar.
Lograr la universidad era probablemente lo más difícil de todo ello y se consiguió a base de tesón y esfuerzo. Era lo más complicado, pero como explica hoy Luis Espada, en realidad no era más que el inicio porque faltaba todo por hacer. En estos 25 años la Universidad de Vigo ha llegado a colocarse entre las 500 más importantes del mundo, superando incluso a Santiago, de la que se desgajó hace un cuarto de siglo lo que no era sino un colegio universitario. Si Vigo quiere, puede. 

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