Opinión

El puerto busca espacio

El Puerto, por tanto una gran parte de Vigo, ha agotado su espacio físico lo que tiene que entenderse como una buena noticia. Supone que las empresas creen en esta ciudad y están dispuestas a seguir invirtiendo, como también pasa en el suelo industrial local, escaso y difícil de desarrollar por los complejos trámites que exige, como sabe Zona Franca. 
Como ya no hay espacio en los muelles las soluciones son dos, no incompatibles entre sí sino complementarias: ampliar las terminales, como se hizo en Areal aunque de forma insuficiente como ya se sabía y ha quedado demostrado, y conseguir nuevos espacios en el entorno. 
La ampliación de los muelles resulta inevitable cuando cambian las formas del comercio internacional y las grandes navieras apuestan por barcos de mayor tamaño. 
Es otro hecho objetivo y demostrable con la disminución año tras año del número de buques que atracan en la ciudad y el incremento del tonelaje.  Gracias al Puerto, pese a la oposición absurda mediática y política de principios de siglo, Vigo dispone de terminales para los mayores embarcaciones del mundo, pero quizá sea necesario planificar nuevos atraques, y las escolleras de Bouzas y Berbés serían idóneas. Como se trata de un proceso largo y tedioso, lo lógico es iniciarlo ahora para que pueda culminar dentro de dos a cinco años. 
En cuanto a los espacios para el movimiento de carga e instalación de compañías logísticas, la Autoridad Portuaria es propietaria de una base de contenedores en Rande dispuesta para su utilización, con 40.000 metros. Y co-titular del Puerto Seco de Salvaterra, donde los primeros 100.000 metros están listos para su comercialización después de otra larga odisea iniciada hace casi 20 años y que todavía no ha culminado. Así de largos y aburridos son los plazos de planificación y ejecución en un Estado tan garantista como éste. En Portugal todo va mucho más rápido, lo que ha invitado a empresarios gallegos a invertir en el otro lado del Miño.
La alternativa es no hacer nada y ver como Vigo decae por pérdida de oportunidades. Como con Porto Cabral. Continuará...

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