Opinión

Del Pirulí a la justicia

El viejo Pirulí no merecía morir y sí una segunda oportunidad, que ha llegado con la Ciudad de la Justicia: aún no es una realidad pero está mucho más cerca que la mayoría de los proyectos anunciados. Miles de ciudadanos de Vigo y su área metropolitana nacieron en la “Residencia”, como también se llamaba al hospital, que fue al final el Xeral, cumpliendo 60 años de servicio hasta su relevo por el Cunqueiro, hoy fuera del centro urbano. Como el propio “Pirulí” cuando lo inauguró Franco, siendo entonces el edificio más alto de España. El mismo día el general también presidió la puesta de largo de la factoría Casa Mar, durante años la más importante empresa del sector. En su lugar se levanta hoy el Auditorio, que por su estructura recuerda lejanamente a la empresa frigorífica. Casa Mar no tuvo suerte y su fin fue la piqueta, pero el Xeral en cambio sí ha tenido derecho a una segunda oportunidad, quizá para otros 60 años, tras una reforma que supone la recuperación completa de la torre, comenzando por la desaparición de su horrible cubierta verde, cuya instalación el arquitecto Alfonso Penela considera inexplicable. El "Pirulí" se abrió en el extrarradio vigués, cuando la Muy Leal era una ciudad en ciernes, todavía la segunda de Galicia por población y más parecida a la famosa confederación de aldeas que a la urbe que es hoy. El hospital creció con Vigo y la ciudad se  lo comió. El Cunqueiro se ha abierto en otra zona en las mismas condiciones: más rural que urbana, pero donde se encuentran el Tecnológico, la única urbanización de este siglo más allá de Navia y la Universidad. Un curioso paralelismo. 

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