Opinión

La ciudad donde anochece más tarde en occidente

Hay un doble frente empeñado en poner punto final a la distorsión del horario adelantado sobre el huso que le corresponde, doblemente desde hoy mismo como resulta visible en el primer día del cambio, siempre más difícil por falta de sueño. Por un lado, están los panlusistas empecinados en hacer coincidir el reloj de Galicia con el Portugal y diferir de la hora de Madrid por motivos básicamente políticos; por otro, un lobby que trata de convencer de los beneficios de modificar hábitos y adecuar los ritmos de comidas y sueños y así racionalizarlos. 
Quizá sea bastante más lógico que Vigo esté alineado con Lisboa que con Berlín y que apostar por comer a la una y cenar a las ocho sea el colmo del europeísmo, pero por la  escasa respuesta obtenida da la sensación de que  casi nadie se entusiasma con la idea de ajustar el tiempo oficial al meridiano. 
La hora doblemente adelantada permite que Vigo sea la ciudad de Europa, quizá del mundo, donde más tarde anochece y eso no supone ninguna desventaja, sino al contrario. Por ejemplo, no hay otro lugar donde se puede estar en la playa a las diez de la noche a finales de junio, todavía con luz hasta casi las once. Mientras el resto del mundo vive en las tinieblas a partir de las nueve de la noche, en las Rías Baixas el sol aún reina. 

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