Opinión

César mosquera aparece por la puerta

Poco, muy poco ha tardado César Mosquera -concejal del BNG de Pontevedra, más lo segundo- en sacar la patita por debajo de la puerta. En cuanto se supo que podría haber un gobierno en la Diputación del PSOE con el Bloque se le esperaba y aquí está. Reconozco que Mosquera es uno de mis villanos favoritos, coherente en sus principios. No falla: lleva muchos años destilando un antiviguismo de postal, permanente, como el reverso de un pontevedresismo del que hace gala y exhibe sin ningún pudor. Con buenos resultados, por cierto, prueba de que el ultralocalismo va por barrios y supera las ideologías. De hecho, son a menudo candidatos del PSOE y del BNG los que más alarde hacen. Con amplio respaldo popular. 
Pero César Mosquera, que lleva 20 años de guardia, sabe de lo que habla, y cuando dice que Vigo –es decir, los que ahora gobiernan- no va a tener más poder ni recibir más inversiones de la Diputación, aunque esté al frente una concejala viguesa, hay que apuntarlo. Porque las diputaciones -de las que reniegan sólo los que están en la oposición- funcionan así, gestionando servicios para los ayuntamientos más pequeños y compensando a los mayores con otras actuaciones, que en el caso de Vigo están concentradas en actos culturales y folclóricos y la obra de reforma del campo de Coia y el de Balaídos, que ya está aprobada por el pleno de la Corporación municipal y a la que solo resta la firma. Que estamparán Caballero y Silva, en una curiosa estampa, sin duda. 
César Mosquera estará vigilante con la tijera para poner todos los obstáculos posibles. ¿Quiere decir que no habrá pacto en Potnevedra entre PSOE y BNG? En absoluto: lo habrá con total seguridad, mediante la fórmula habitual de dividir la institución en dos -presidencia y vicepresidencia- y cada parte gestionar lo suyo a poder ser de espaldas al socio y si es posible, contra el socio.

PD. La oferta de Louzán al BNG no tiene recorrido, como sabe el propio presidente en funciones de la Diputación. No es la primera vez que se plantea un matrimonio de conveniencia. Mucho antes que Esperanza Aguirre en Madrid y Louzán ayer: en 1999, el PP le ofreció la alcaldía a Crlos Príncipe. Dijo "no".

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