Opinión

asuntos de familia

En la sede del PP provincial -en Pontevedra- hay un cuadro donde aparece toda la provincia teñida de azul que explica el histórico resultado de las generales de 2011, cuando por vez primera el partido de la gaviota logró convertirse en la fuerza más votada en todos sus ayuntamientos, un logro brutal que no se ha dado en ninguna otra circunscripción de España tras docenas de elecciones de todos los tipos. El cuadro está firmado por un agradecido Mariano Rajoy, quien por motivos evidentes toma mucha nota de las cosas que suceden en su territorio natal. No muy buenas en los últimos tiempos, con la pérdida de la Diputación y la barrida en las dos principales ciudades, donde los populares gobernaron mayorías absolutas en el pasado y ahora parecen firmemente asentados Lores y Caballero, aunque en política todo pasa con enorme rapidez. 
En estas circunstancias, la continuidad de Ana Pastor no se discute pese a su evidente falta de sintonía con el presidente gallego. Ha trabajado mucho y cuenta con una buena imagen a su favor, que ciertamente se trabaja en primera persona. A Pastor le gustaría contar a su lado en la lista con Lucía Molares, en quien confía, y con la que  mantiene una larga relación de amistad. Cree que hará falta porque va a tener que dar la batalla calle a calle para no perder ni un voto y tratar de recuperar algunos de los perdidos. Llevará como presentación las obras realizadas, algunas ciertamente visibles, como la estación del AVE de Vigo y el Eje Atlántico ferroviario, y otras menos visibles, como la Autopista del Mar, que defendió.
En el PSOE, mientras, creen que la solución pasa por nuevos rostros, con personas en la órbita del PSOE pero que no son militantes. Fichó Pedro Sánchez a una mujer excomandante del Ejército y Caballero a una juez, esposa del exalcalde Pérez Mariño. Asuntos de familia. 

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