Opinión

La 14 de españa

Al ritmo actual de retroceso y si las previsiones del Instituto Nacional de Estadística se cumplen, Vigo tendrá en 15 años la misma población que en los años ochenta, unos 285.000 habitantes, frente a los 300.000 que se alcanzaron en el siglo XXI y los 295.000 actuales. Es cierto que el fenómeno se puede revertir. Pero con una condición necesaria: una recuperación económica que evite la salida de miles de vigueses hacia otros puntos de España o el exterior y en cambio fomente una inmigración asumible. En los momentos más altos en Vigo había censado 17.000 extranjeros, lo que suponía el seis por ciento de la población. 
El retroceso demográfico de Vigo se ha producido primero mediante la parada de su crecimiento –que le llevó a bajar de la ciudad 13 de España a la 14- y ahora con la disminución de residentes. No se advierte ahora como sí pasa en la comarca del Deza -cuyos responsables pidieron a la Universidad de Vigo ideas para no desaparecer- pero la cuesta irá cada vez más hacia abajo si la Muy Leal no toma nota del problema y plantea un horizonte estratégico a seguir. Como hizo Bilbao, ciudad que logró revertir su decadencia. No se logrará a base de fomentar el viguismo de barraca de feria, con un discurso basado en exclusiva en fijarse en lo que pasa a 150 kilómetros al norte.

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