Mientras la tragicomedia catalana avanza inexorablemente rumbo a lo peor -y con ella sus perversos efectos sobre todos los ciudadanos- algunas buenas noticias para Vigo. Una, clave: que por fin parece vislumbrarse un calendario coherente para la redacción y aprobación de un nuevo Plan General para la Muy Leal. Es un asunto pesado y espeso, poco interesante pero importante como ninguno por cuanto supone la clave sobre la que levantar el edificio urbano. Hace dos años se vino abajo con estrépito cuando el Tribunal Supremo lo anuló por una compleja razón formal aducida por un grupo vecinal al considerar los jueces que no se había justificado debidamente por la Xunta del bipartito la urgencia para no aplicar la evaluación ambiental del documento. En este tiempo se han articulado soluciones ingeniosas para evitar un descalabro con la famosa Ley Vigo para proyectos públicos urgentes -estación AVE o Ifevi- y la aplicación de las normas supramunicipales, que van a permitir que se inicie el Parque Comercial de Zona Franca. Estas semanas se han dado pasos firmes para que Vigo recupere su estructura: primero con la petición de la Gerencia de Urbanismo a la Xunta de la firma del convenio para redactar el Plan y ahora con el visto bueno del Gobierno gallego y la fijación de plazos: en tres años tendría que estar listo.
