Opinión

La próxima visita de Martin Codax, permanente

Nadie sabe quién fue Martin Codax. Ni siquiera si existió con ese nombre o se trataba de alguien que se ocultaba bajo otra identidad. O quizá sólo era la denominación artística de un poeta y trovador. Camiño Noia, catedrática de lengua y literatura gallega, especula con que dada su sensibilidad y por el carácter de su escritura sólo podía ser una mujer que se escondía como un hombre para divulgar su obra. Otros expertos también teorizan con que ni siquiera las Cantigas serían en su totalidad obra de Martin Codax, dado que la séptima es tan distinta al resto que cabe pensar que se trata de un añadido posterior, donde no se nombra a Vigo. Especulaciones con mayor o menor base. Sí se sabe cuándo habría vivido y dónde, y es suficiente. 
Quien quiera que fuera Codax habría sido un vecino de Vigo o su entorno que vivió entre finales del siglo XIII y principios del XIV, cuando la Edad Media se agotaba.
Lo que también sabemos con seguridad es que Vigo le debe mucho a Martin Codax y que ha sido poco lo que le ha devuelto. Le debe sobre todo colocar a la Muy Leal en la historia gracias a una genial canción de amor y nostalgia. Vigo a cambio sólo le ha dedicado un paseo en O Castro con una roca singular en forma de arpa y una calle pequeña y difícil de localizar. No parece mucho para lo que entregó el trovador.
Esta semana ya pedíamos aquí que había que aprovechar la estancia del Pergamino Vindel para comenzar a labrar un acuerdo con la Biblioteca Morgan que permita la recuperación parcial o total del documento por su valor para Galicia y Vigo, como auténtica acta fundacional de la lírica gallega y de la Muy Leal. Se trata de que se convierta en un asunto de Estado, no local ni gallego, que también, y hay vías para ello a través de su compra, alquiler, cambio, préstamos... El camino será largo pero hay que intentar que el Vindel tenga un primer o segundo domicilio en la casa de Codax. Continuará...

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