Opinión

Paradojas en el urbanismo vigués

María José Caride, economista de profesión y política competente, lleva muchos años en el centro del urbanismo vigués, primero como conselleira responsable en el bipartito, entre 2005 y 2009, y ahora como concejala delegada del área. Entre 2005 y 2007 dio respuesta negativa al Plan General que trataban de aprobar PP y BNG siendo alcaldesa Corina Porro. El mismo documento, tras algunos cambios, fue poco más tarde validado en 2008 por PSOE y BNG, que conformaban gobierno local. Luego Caride se fue a la oposición, en 2009, donde tuvo una papel secundario al abandonar Touriño, que había sido su mentor, y entrar Pachi Vázquez como líder socialista, con el que no se entendía. Durante algunos años se perdió la pista de María José Caride, hasta su regreso en este mandato. Como paradoja del destino, coincidió su regreso a la primera línea con la anulación por los tribunales del PGOM donde fue protagonista y que el Supremo liquidó por no haberse aplicado una evaluación ambiental estratégica de la que sólo se podría librar si la tramitación era rápida.  Y no lo fue. Este pasado martes aseguró Caride que en tres años y medio habrá nuevo Plan General, y que no será una revisión sino un nuevo documento. 
Por tanto, a finales de 2021 y más probablemente en 2022, ya en el siguiente mandato, Vigo tendrá un documento de ordenación. Es decir, al menos seis años después de la anulación del Plan de 2008. Es mucho tiempo para una ciudad como Vigo, y las consecuencias se notan en la falta de vivienda nueva y en las dificultades de la construcción, que en su momento fue un pilar de la economía y el empleo. Aquellos tiempos no van a volver pero la Muy Leal necesita disponer de una base sólida para su desarrollo, para instalar servicios y para casi todo, como sabe la concejala.

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