La lonja del Berbés supone cada año para Vigo unos 200 millones de euros, miles de empleos y convertir esta ciudad en el centro de distribución de pescado como el primer puerto de Europa, quizá incluso del mundo. Nada menos.
La pequeña lonja de hace medio siglo, sobre pabellones de empaque obsoletos, ha dado paso a unas instalaciones modernas y funcionales que lo serán todavía más dentro de un par de años una vez se pongan en marcha los proyectos ya aprobados y consensuados con la comunidad portuaria. Hoy mismo Javier Touza, el presidente de los armadores, explica en este diario que no hacen falta obras faraónicas sino eficientes y viables para ampliar el gran mercado vigués. Tiene razón. Touza es incluso más optimista que Enrique López Veiga y cree que haya recorrido para seguir ampliando el negocio. Y eso pasa también por que la ciudad asuma la molestia de tener en su cogollo un complejo empresarial e industrial de primer orden. Hace algunos años se planteó la construcción de un túnel por Beiramar que recorrería la avenida desde O Berbés hasta Barreras. Magnífica para los intereses de la ciudad, pero nefasta para los portuarios, que se quejaron y lograron paralizar la propuesta. Advertían, con fundados motivos, que la idea podría dejar la lonja aislada y sin posibilidades de crecer y con malas comunicaciones y eso sería letal.
Muchos lo entendieron así y el túnel de Beiramar-Berbés pasó al olvido. Luego llegaron modificaciones que la comunidad portuaria estaba dispuesta a aceptar -la más importante, que se mantendría el tráfico por superficie- pero nunca se llegó a hacer un planteamiento riguroso y consolidado, menos aún sobre su financiación, multimillonaria.
No obstante, se trata de un proyecto que antes o después habrá que retomar porque permitiría completar una ronda marítima desde la salida de la autopista en Isaac Peral hasta Bouzas. Pero siempre contando con los intereses del sector marítimo y pesquero, porque con la lonja de Vigo no se puede jugar. Continuará...
