Opinión

Los cambios en las Cíes

Cíes pegará un cambio muy importante a partir de Semana Santa que será más visible en verano una vez entre en vigor el Plan Rector del Parque Nacional, que fijará no pocas limitaciones, entre ellas una reducción hasta el 10 por ciento en los aforos. Al mismo tiempo se pondrá en marcha un sistema de acceso a las islas análogo al que ya funciona en la playa As Catedrais, en Lugo, que ha funcionado muy bien y que permitirá un control exhaustivo de las entradas, sin posibilidad de que las navieras puedan descontrolarse de nuevo. Es cierto que parece poco probable que lo vuelvan a hacer en vista de la sanción que van a recibir, salvo que sean capaces de convencer a los jueces de su inocencia y de que no quebrantaron la venta de billetes. Se antoja una misión casi imposible ante las evidencias. 
Lo ocurrido en Cíes en agosto se sabía que tendría consecuencias y así ha sido, algunas en positivo, como acelerar la aprobación del Plan Rector, que hasta ahora había sido un muro insalvable por la dificultad de acordar con el sector pesquero que faena en las islas, renuente a cambiar sus hábitos. También es positivo que se haya ajustado el  mecanismo de control de acceso, pero negativo una reducción de la cifra de visitantes cuando la mayor parte del año Cíes están vacías. Las colas de pasajeros con billete y sin poder subir al barco, o peor aún, de vuelta a tierra sin pisar las islas, fue una mala publicidad pero sin efectos durante el pasado año, en que se batieron todos los récords, sin bajar el ritmo en la segunda mitad de agosto ni septiembre, lo que fijó una marca que será muy difícil de batir, salvo que el turismo se alargue durante el invierno y el otoño. Quizá en el futuro sea así.

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