Opinión

Lo bueno y lo malo

Lo bueno: tras años en caída, el PIB de Vigo -que mide la riqueza en términos absolutos- ha vuelto a crecer para acercarse al nivel de 2010. Lo malo: el PIB per cápita vigués pierde comba con el coruñés, cada vez más lejos. En 2010 la diferencia era de unos 600 euros a favor de los vecinos de la capital de las Rías Altas. Cuatro años más tarde, pese a la mejora de los datos en la Muy Leal, la brecha ha crecido hasta los 2.000 euros. Y no deja de aumentar. Lo bueno: Vigo, aún primer municipio por PIB en Galicia. Lo malo: la comarca coruñesa es líder.
Aunque hay que tener cuidado con las estadísticas crudas -Porriño tiene un enorme PIB por habitante, percepción distorsionada como municipio de 20.000 vecinos y cientos de empresas- sí se pueden extraer algunas conclusiones en la comparativa entre Vigo y Coruña. Sobre todo porque se trata de dos ciudades de similar tamaño y problemas y con sendas áreas metropolitanas de características equivalentes. Y la comparación sitúa a Vigo cada vez más lejos. En el último ejercicio completo, el área de Vigo suma unos 9.000 millones de valor añadido bruto y el de A Coruña 12.000. 
Son cifras que pueden cambiar pero no a corto plazo. Vigo tiene dos pilares, el sector marítimo-portuario y la automoción, y ambos han recibido buenas noticias. El primero, con la aportación extraordinaria de fondos europeos vía Puertos del Estado, 13 millones que permitirán acelerar el proyecto para el muelle de Bouzas, quizá el puntal para la competitividad en las mejores condiciones. El segundo, con el acuerdo de Toyota con PSA para producir hasta dos modelos en la planta de Balaídos, que asegura empleo y fija la fábrica viguesa como líder del polo ibérico del grupo, y con el acuerdo por el que una gran compañía se hace con Viza. Lo que tiene su lado negativo: poco a poco las grandes empresas locales han pasado a centros de decisión alejados. Coruña está en manos de Inditex, cierto, pero con su dirección allí mismo.

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