Opinión

La decisión de José Blanco

Este pasado jueves una representación del Eixo Atlántico de municipios de la Eurorregión recibió buenas noticias en Bruselas sobre el Corredor Atlántico ferroviario, un trazado de mercancías entre la península y el corazón comunitario del que están excluidos los puertos de Galicia. Según señalaron en la capital europea, se modificará el trazado previsto para dar entrada a Vigo y A Coruña, además de otros cambios que afectarán a Asturias y León, hoy fuera de la red. Pero dicha decisión exige justificaciones de peso. A Coruña lo tiene relativamente fácil, en su condición de puerto nodal europeo. Pero Vigo no, porque José Blanco decidió excluir a la terminal siendo ministro de Fomento, con el respaldo de Fernando González Laxe, entonces presidente de Puertos del Estado -y coruñés de pro- aunque Vigo está en deuda con él por la creación de la Universidad siendo presidente de la Xunta. Laxe apoyó a Blanco pero la última palabra la tuvo el hoy eurodiputado socialista, que bajó el pulgar en contra de los intereses de la Muy Leal. Las explicaciones que dio cuando se descubrió fueron avanzando: primero negó la mayor, luego apuntó a un error en la tramitación y finalmente que el escaso movimiento del transporte ferroviario en Guixar hacía inviable la declaración. Cuentos: la terminal viguesa supone el 60% de todas las mercancías que exporta e importa Galicia y el primer puerto de pesca. Pero Vigo no es nodal y aquella decisión tiene consecuencias a la hora de lograr financiación para proyectos claves. Blanco reconoció su error y quizá la autopista del mar salvará los muebles y pero esa es otra historia.

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