Opinión

La comunidad portuaria

Pocas veces como este pasado lunes fue posible visualizar lo que a menudo se denomina como comunidad portuaria. Que no es sino el conjunto de agentes que conforman la actividad en los muelles, un grupo heterogéneo donde hay desde cargadores a estibadores, consignatarios, armadores o empresas distribuidoras de pescado congelado, todo un mundo que conforma a su vez el pilar básico sobre el que se asienta Vigo. Producto de la diversidad de propósitos e intereses es que la comunidad portuaria hable con varias voces pero este lunes el coro estaba afinado y cantaba la misma partitura. Que no era otra que la bien conocida: que o Vigo hace un esfuerzo para resolver sus graves problemas con la estiba y la gestión de la entrada de productos de terceros países a través del famoso PIF o el destino está sellado. 
Aunque curiosamente José Luis Freire, presidente de Conxemar, se mostró contento con que a escasos kilómetros funcione otra Autoridad Portuaria con sus propias estrategias, la mayoría advirtió de que el Puerto vigués se juega su presente, que no será sino el futuro de la Muy Leal. 
Vigo es el puerto de entrada y salida de los productos de Galicia por mar, pero ni mucho menos se trata de una plaza ganada y Marín -un puerto con instalaciones inferiores- no hace sino crecer legítimamente a costa de los problemas y errores vigueses. Lo de Maersk ha supuesto el primer desgarro; la pérdida de 40.000 toneladas de congelado, desviado a Leixoes para eludir el PIF de Guixar, el segundo aviso. Ni hoy ni mañana el puerto se va a hundir, como dijo López Veiga, pero tantos agujeros en el casco pueden llevar a pique hasta el mayor de los trasatlánticos. Continuará...

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