Opinión

la autovía sin remedio

Un clásico de la Muy Leal: la A-55. No tiene remedio y no va a funcionar ningún parche, aunque al menos -eso sí- se evitan tragedias. Las mejoras en el firme y en seguridad y la instalación de una galaxia de radares han evitado que la autovía sea conocida como "de la muerte", como hace años, porque ya no hay fallecidos ni apenas heridos graves, pero no la libra de aparecer en las estadísticas por número de accidentes, donde sobresale el tramo entre los kilómetros 10 y 12, que acumula siniestros de chapa y pintura y heridos, la mayoría leves. 
La autovía se construyó como un remiendo, el desdoblamiento de la vieja carretera nacional, así que su construcción fue un avance sobre lo que había, pero eso ya es pasado. Hace mucho tiempo que le tendría que haber llegado la jubilación pero siempre acaba sucediendo algo. Por ejemplo muy recientemente el cambio del Gobierno y con ello de criterio: después de muchas dudas Rajoy prometió en Vigo que se iba a construir el tramo que falta de la autovía A-52 (moderna, tipo autopista y con un túnel) desde Porriño a Vigo, pero llegó Sánchez y puso el freno, al decidir la vía lenta de los Presupuestos del Estado, en lugar de la fórmula exprés de un plan de carreteras extraordinario. Todo lo más que aparece en el Presupuesto del Estado -que ya veremos si se aprueba, depende de Waterloo- es una partida muy pequeña para realizar el estudio informativo. Eso  es casi nada y alarga la solución durante muchos años, no menos de diez en total. La pesadilla seguirá. Doctor Sánchez está a otra cosa, básicamente a sobrevivir, y Galicia tiene un interés secundario. 

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