Opinión

Inauguración con retraso

Tuvo que pasar todo un año para que la mayor inversión en obra nueva realizada por la Xunta en Vigo, el nuevo hospital Álvaro Cunqueiro, fuera visitado por el presidente gallego con la excusa de celebrar su primer aniversario. Y así lo “inauguró”, aunque con un retraso enorme. ¿Por qué las dudas y el ninguneo? No está nada claro pero desde luego la ausencia/distancia prolongada de Núñez Feijóo no ayudó en absoluto al Cunqueiro y en cambio hizo que los opositores a su construcción, apertura y gestión se hicieran fuertes.  Llegaron así  -con el añadido de otros fallos, algunos casi inevitables en una estructura de este tamaño- la quema del hospital en el Entroido vigués y la mayor manifestación de la historia en las calles de Vigo, con cerca de 100.000 personas bien contadas. Una barbaridad.  Pero todo ello ya se encuentra almacenado en los libros de historia local, en el apartado de la crónica menos amable.
Un año más tarde de aquello, el Cunqueiro está integrado en la ciudad y el área y ha conseguido buenas notas entre los usuarios, que es lo que cuenta. También los dos equipos iniciales venidos del Xeral y el Meixoeiro parece que ya están unidos en uno solo -la fusión resultó mucho más difícil de lo esperado- y el centro se encuentra preparado para convertirse en un referente nacional de verdad.  Va siendo hora de que sea así. Vigo, para jugar en la máxima categoría hospitalaria, necesita disponer de especialidades punteras y ahora hay dotaciones y material humano para ello. 
Núñez Feijóo estuvo de nuevo ayer en el Cunqueiro, esta vez en una visita de un quirófano especial, y aunque hubo lógica expectación, su presencia fue digamos rutinaria así que se puede dar casi por normalizada la actividad sanitaria, lo que realmente importa. Sólo falta que también el titular del Concello pase por su interior y lo conozca. Oficialmente, no de visita privada. Continuará...

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