Opinión

Hace falta para el puerto

Con un gesto muy vigués, la Federación de Usuarios del Puerto se disparó en su propio pie hace unos años cuando en su mejor momento se propició una revuelta interna contra la dirección que dejó como resultado efectivo la salida de buena parte de las agrupaciones y la liquidación práctica de la comunidad portuaria. Fue un movimiento absurdo con apoyo mediático cuyas consecuencias resultaron nefastas para los organizadores del golpe. Ha pasado el tiempo y la Federación de Usuarios del Puerto ha vuelto al punto donde estaba, incluso con alguna incorporación a mayores, como Logidigal, una asociación de consignatarios y transportistas que siempre funcionó a su propio ritmo. Es una buena noticia para todos: para los empresarios, para el Puerto y para la ciudad que la comunidad portuaria disponga de un foro efectivo para plantear sus problemas, propuestas y defender intereses, en lugar de ir cada uno por su cuenta. Al frente Enrique Mallón, que ha demostrado saber gestionar asociaciones, y con apoyo de los armadores, que también se habían desvinculado en el pasado, y la incorporación de Conxemar, que parecen los tres pilares de la agrupación y su núcleo duro. Son diez asociaciones empresariales que resumen la actividad en los muelles. Mallón, con toda la comunidad portuaria detrás organizada, no se anduvo por las ramas y reclamó todo: tener un asiento en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria y poder para influir hasta el punto de que, desde el consenso, las actuaciones e inversiones de la institución estén pactadas con la Federación de Usuarios. Parece mucho, pero quien sabe. Estamos comenzando.  Continuará...

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