H ace ya seis años -en agosto de 2011- que pasó el último tren por Travesía de Vigo, Teis y Chapela pero la profunda huella ferroviaria, que dividió la ciudad y sus barrios, sobre todo Teis, sigue ahí a la vista. Es una oportunidad excepcional para crear un parque lineal y una suerte de gran vía peatonal para poder recorrer varios kilómetros por el centro de la ciudad. ADIF, según afirma hoy su portavoz, todavía no ha recibido una propuesta formal desde el Concello de Vigo, que por su parte ha señalado en varias ocasiones que esperaba firmar un convenio con el departamento de infraestructuras ferroviarias de Fomento. ADIF busca sacar lo máximo posible al Concello en terrenos o beneficios urbanísticos -porque tiene la obligación de autofinanciarse- mientras que el ayuntamiento lógicamente hará lo contrario, tratar de poner lo mínimo. Pero esto no es Cataluña y el entendimiento puede y debe darse sin esperar más. Fruto de acuerdos entre administraciones es la reforma de la avenida de Madrid o la estación intermodal. Y no digamos el Consorcio Casco Vello, blindado hasta 2024.
