Opinión

El Viguismo de "Leri"

Hace ya 15 años que fallecía Antonio Nieto Figueroa “Leri”, quien probablemente a estas altura signifique muy poco para los menores de 35 años y eso que contra su voluntad se le puso a una calle su nombre: él quería el homenaje en vida. Pero su gran obra, los Campeonatos de Playa, se diluye porque este es otro tiempo y las necesidades deportivas están cubiertas con instalaciones adecuadas. La otra, el viguismo marca de la casa, no tiene posible reemplazo. “Leri” amaba a Vigo como nadie, a su forma única, tan tosca como noble y auténtica, sin dobleces. Quiso ser alcalde y lo intentó con una candidatura que, lógicamente, se llamaba VIGO y que ha sido la única independiente de cierto éxito. Tan exitosa como efímera, pues acabó sus días al día siguiente de pasar por las urnas, lo que llevó a “Leri” a integrarse en el PSOE, donde nunca estuvo cómodo del todo, como verso libre que era. Su final político fue una suma de equivocaciones: la suya de empeñarse en querer seguir en la Corporación tras 30 años consecutivos, y la de Carlos Príncipe en no integrarlo en su lista. Se saldó con fracaso doble: Leri no volvió a ser concejal y Príncipe perdió la alcaldía por 1.400 votos.
Vigo es otro al de "Leri". Ha progresado en casi todo como en general le ha pasado a Galicia y a España, aunque en este tiempo ha ido perdiendo liderazgo económico e industrial y ha comenzado a declinar por vez primera en lo demográfico. El viguismo que se respira también es otro y no diría que mejor  ni tan auténtico como el que -con todos los defectos- exhalaba el bueno de “Leri”, con quien mantuve una curiosa relación: el número de mi primer teléfono fijo había sido antes de “Leri”. Una auténtica pesadilla. Continuará... 

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