Estaba la totalidad de la comunidad portuaria en el acto convocado por Enrique López Veiga para explicar el Plan Estratégico. Buena señal porque la asistencia era voluntaria, de auténtico interés y no impostado por lo que tenía que contar el presidente del Puerto. En realidad, nada que no se hubiera dicho hasta ahora, pero con un matiz relevante: bien compactado y razonado, con un pronóstico a corto y medio y largo plazo de por donde tendrían que ir las cosas para que el puerto vigués entre en la máxima categoría, donde puede militar si juega bien sus cartas. Y eso pasa por un amplio consenso, que no será fácil -la segunda plataforma para la Ensenada de Rande ya tiene el "no" de Redondela- y por conseguir financiación, lo que resulta más asequible. La inversión de hasta 600 millones, de ellos la mitad para el tren, no parece un disparate organizada en diez años y con la suma de fondos propios, financiación europea y el aporte del Estado. Hay actuaciones concretas que deben realizarse, como convertir las escolleras de Bouzas y O Berbés en sendos muelles, y otras organizativas, en concreto en O Berbés, para que la lonja sea de verdad la primera del mundo, ejemplar en su funcionamiento a todos los niveles. También suena correcta la apuesta por que Vigo sea una terminal "verde" reconocida y que su organización sea lo más eficiente posible, eliminando el papel. El Puerto de Vigo debe ser moderno y funcional, eficiente y con vocación de liderar. Después de todo, Vigo es el puerto, de donde procede desde el origen y razón de ser de la ciudad hasta la bandera rojiblanca. Continuará...
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