Opinión

Catástrofe evitable

La demografía no es una ciencia exacta pero sí una buena referencia de por dónde van las cosas y que se puede esperar del futuro próximo. En el caso de Galicia, las predicciones realizadas por los institutos estadísticos se han demostrado en términos generales correctas: hace 20 años pronosticaron que el interior desaparecería con la excepción de las capitales y algunas villas y así ha sido. Y será. Las nuevas proyecciones auguran un declive ya imparable en algunas partes: Ourense tendrá en 15 años menos de 300.000 habitantes, con la mayoría de sus comarcas convertidas en desiertos, no digamos los pequeños ayuntamientos. Casi lo mismo se puede decir para Lugo, que se vacía salvo la capital y A Mariña. 
En cuanto al resto de Galicia, el eje atlántico mantiene el tipo pero con dificultades. A Coruña y Santiago incluso ganarían algo de población -no tanto las ciudades sino sus respectivas áreas urbanas- en tanto que la comarca de Vigo perdería algo más de un 1 por ciento e incluso podría ceder el liderazgo demográfico gallego, lo que sería una catástrofe. ¿Seguro? No. ¿Posible? Sí. Hay otras estadísticas que apuntan en la misma dirección, en especial el incremento del PIB en Coruña y la distancia per cápita, cada vez mayor en favor de la capital de las Rías Altas con respecto a la Muy Leal.
Nada está escrito pero las decisiones que se toman hoy tendrán consecuencias en el futuro próximo. En estas condiciones, apostar por lo que funciona parece una garantía para que Vigo siga su camino: Zona Franca por la automoción y el desarrollo del Parque comercial; el Puerto por el sector marítimo y los astilleros; la Universidad por la investigación y los satélites, y el Concello con el turismo y la promoción. Continuará...

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